jueves, 6 de mayo de 2021

TOCAR MADERA

En el último mes de gestación, a su madre, se le rompió un espejo y del susto se le adelantó el parto, dando a luz un martes y 13. Así que pasó los siguientes siete años culpándose de todos los contratiempos que le sucedían a su familia.

Aunque su infancia transcurrió entre pequeñas adversidades, él no era supersticioso. Como acto de rebeldía adoptó un gato negro y vestía habitualmente de amarillo. Mientras su madre tocaba madera.

Fue a matricularse en matemáticas, decidido a demostrar a su entorno que la buena fortuna era una cuestión de probabilidades y que acababa llegando,  y para empezar,  la cola que él eligió para ello avanzó más rápido que la otra.

Tan empeñado estaba en probarle a su madre las leyes de la estadística que dejó caer una tostada pero, justo antes de que esta tocara tierra, se sorprendió cruzando los dedos. Una ayudita, pensó.

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