Finales de Junio, casa de los Millán-Salcedo:
Pocos padres habrán estado tanto
tiempo en el colegio como nosotros, especuló Soraya el día que Pablo, el más
pequeño de sus tres hijos, terminaba primaria.
Emocionados repasaron, la
infinita lista de profesores que habían colaborado en la educación de sus pequeños
y las fotos de los catorce Carnavales, San Isidros y Días del libro. Y proclamaron:
¡Por fin nos graduamos!
Sala de Profesores del Colegio Clotilde Vargas, misma fecha:
¿Sabéis quién termina este año?,
preguntó retóricamente el director: el último vástago de los Millán-Salcedo. Como
si no terminara de creérselo, la jefa de estudios reflexionó ¿entonces no más
tutorías con esos padres?, el profesor de gimnasia, a su vez, respiró aliviado y la de lengua celebró no
tener que preparar más informes explicando exactamente qué reglas ortográficas
había incumplido el niño cada vez que le bajaba un punto. ¡Por fin, se gradúan!
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