De madrugada una noche, Adolfo, comenzó
a hablar en sueños. Elvira, adormilada, se removió buscando nueva posición
hasta que su cerebro se puso en guardia al escuchar, junto con un montón de
sonidos ininteligibles, la palabra equidistante.
Su hermana, cuando Elvira le
contó el episodio nocturno, no hizo otra cosa que tildarla de exagerada por
montar una causa penal contra su marido basada en la única pronunciación de un
adjetivo mientras dormía. Ojalá me equivoque, sentenció, porque como sabes toda
su familia se dedica a la política.
Pero el incidente se repitió cada
noche durante toda la semana hasta que Elvira como si le hubiera pillado en
plena infidelidad preguntó a Adolfo que significaba para él equidistante. A Adolfo se le iluminaron
los ojos cogió el periódico y leyó en voz alta: Vertical doce letras: que se
encuentra a la misma distancia de dos puntos. ¡Por fin termino el crucigrama!.
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