jueves, 7 de septiembre de 2017

EL COLESTEROL Y LA BARBACOA

Mi nombre es colesterol, y he venido a denunciar la persecución a la que estoy siendo sometido. De unos años a esta parte me he convertido en el enemigo a batir. ¡Si no te alimentas bien te subirá el colesterol!, amenazan los médicos a sus pacientes, ¡como si fuera el coco!.
Un genocidio es lo que se está cometiendo con mis embajadores, la carne de cordero y la de cerdo, eliminándolos de las dietas.
Menos mal que me apoya mi gran amor: la barbacoa. Ella saca lo mejor de mí, nuestra relación se prodiga más en verano dando frutos tan exquisitos como las chuletas, la panceta, el chorizo y la morcillita a la brasa.

Últimamente la he notado un poco esquiva y me ha dicho que era demasiado joven para comprometerse. La han visto coqueteando con sardinas y alitas de pollo. Todo está perdido, mi amada me ha sido infiel.

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