Muy poca gente sabe que, aunque se me conozca como fresón de Huelva, me sembraron allá por
abril en Castilla y León. Allí crecí
aprovechando las suaves temperaturas de la primavera-verano en estas tierras. Huyendo
de las heladas del invierno, en octubre, fui replantado en tierras andaluzas donde di fruto.
Desde Extremadura hasta
Madrid viajo yo, la aceituna
manzanilla cacereña, para, junto con mi prima la manzanilla de Campo Real,
autóctona de la zona, recibir un baño del tan famoso aderezo, cuya base es el
ajo machacado, convirtiéndonos así en aceitunas
de Campo Real.
Debido a que todo lo que en la cocina lleva el apelativo de
“a la gallega” está condimentado con
pimentón, muchos piensan de mí que soy gallego, aunque es en la Vera o en Murcia donde me producen.
Y el objetivo de este congreso
que hemos organizado los alimentos
emigrantes es informar sobre nuestras verdaderas raíces.
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