jueves, 4 de mayo de 2017

Cocinando por sevillanas

Arropado por unos macarrones a la boloñesa incomestibles, Luis comunicó a su familia que en breve se iba a ir a vivir con su novia, y tuvo que responder a las airadas críticas gastronómicas de sus allegados con un: “tendré que aprender, es la primera vez que cocino.
En la segunda ocasión en la que Luis pretendió demostrar sus progresos a su linaje, fue una tortilla de patatas la que se encargó de dar al traste con la velada y recordarle que necesitaba seguir practicando.
A la tercera no fue la vencida y de la sopa castellana, cocinada siguiendo la receta de la abuela, aunque no sabemos de quien, el único que repitió fue el ajo.
Y una ensaladilla rusa, la cuarta oportunidad, terminó con las aspiraciones de Luis de conquistar a su novia a través del estómago y con todos los comensales ingresados en un hospital afectados de salmonelosis.

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