La asamblea
comenzó con la intervención de Jerry: “¡Otra vez queso! ¡Por Dios! Alguien
tiene que hacerles ver a los humanos que a los ratones no nos gusta el queso”.
“Nosotros los conejos”, intervino Roger, “tenemos el azúcar disparado gracias a
la dieta de zanahorias que se empeñan en suministrarnos.”
Todos se
afanaban por expresar su descontento con el desconocimiento que los hombres
tenían sobre el mundo animal. El Coyote tomó la palabra para recordarles que seguían
creyendo que el correcaminos corría más que él; la señora avestruz estaba
indignada por la fama de cobarde que tenía su especie; “y los peces no tenemos
tres segundos de memoria”, añadió Nemo.
Un toro,
vestido enteramente de rojo como medida de protesta, propuso una solución: encargarle a Esopo que
escribiera nuevas fábulas sobre ellos. “¿Funcionará?”, preguntaron todos a coro.
“¡Seguro! ¿No les hizo creer que una tortuga podía ganarle a una liebre?”.
Muy ingenioso Loli. Me encanta.
ResponderEliminarBuenaaa
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