jueves, 18 de mayo de 2017

Duda razonable

La jornada de Susana, el día de autos, comenzó como lo hacía habitualmente y mientras se preparaba para acudir a una importante cita de negocios, la verdura para la comida se iba cociendo a fuego lento.
Dos paradas de metro después, una sombra interrumpió el último repaso mental de la presentación elaborada para dicho evento. ¿Había retirado la comida del fuego? Durante el trayecto hasta la siguiente estación un debate interno se produjo entre sus sentidos. Unos trataban de convencerla de que sí lo había hecho y otros apostaban por el no podemos asegurarlo. Al final se impuso el común, partidario de volver a casa para comprobarlo.
¿Y qué hubiera hecho usted ante esa duda razonable?, preguntó Susana a su jefe como parte de su alegato final,  esperando que tuviera en cuenta los eximentes y dictara sentencia a su favor,  en el juicio por haber llegado tarde a la reunión.

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