Una redacción para celebrar el día del padre fue el encargo
que recibió Carlitos de su profesora. Con el fin de economizar esfuerzos y
sabiendo que en breve le encomendarían una tarea similar por el día de la madre
buscó una fórmula que sirviera para sus dos progenitores.
A fin de cuentas, pensó, si por la noche tengo una pesadilla
y lloro, viene cualquiera de los dos, medio dormido, me da un beso, e intenta tranquilizarme. Cuando salgo del
colegio, uno de los dos me está esperando con la merienda y si tengo algún
problema puedo contar con ambos para que me ayuden a resolverlo.
Tras algún tiempo reflexionando, finalmente Carlitos dio con
la receta perfecta: “Mi papá/mamá (táchese
lo que no proceda) es normal, ni es cantante, ni actor/actriz, ni
cocinero/a, ni futbolista. No sé muy bien en qué trabaja pero si sé que no sale
en la tele”.
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