jueves, 9 de marzo de 2017

LA ESCENA DEL CRIMEN

Cuando María introdujo la llave en la cerradura de la puerta y la giró levemente hacia la izquierda, ya notó que algo extraño sucedía en su casa. Procuró no dejarse llevar por el pánico, respiró hondo y entró en el recibidor. Un olor, que no podía identificar, puso en alerta al resto de sus sentidos. Algo raro estaba ocurriendo. Por su cabeza pasaron,  a velocidad de vértigo, todas las temporadas de las series policíacas, a las que era tan aficionada. Trató de pensar: ¿cómo actuaría alguno de sus detectives favoritos en una situación como aquella? Únicamente, alejarse rápidamente de la escena del crimen le parecía una buena opción. Desoyendo lo que su instinto le decía continuó avanzando hacia el interior de la vivienda. Nada más abrir la puerta del salón lo que vio confirmó sus sospechas, algo realmente insólito había tenido lugar allí: ¡sus hijos le habían preparado la cena!

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