jueves, 29 de julio de 2021

ESTAMPIDA

De repente una calma extraña lo invadió todo. El silencio no duró más de treinta segundos, aunque pareció eterno. Y mientras tanto ¿qué es lo que hacían todos? Escuchar. Hasta que finalmente se produjo la señal.

Eran las 14:30 del último viernes del mes de agosto y algo inusual inició la reacción. El jefe dio por terminada la jornada, salió de su despacho, apagó la luz, cerró la puerta y se despidió de los empleados con un: ¡Felices Vacaciones!

De improviso un ruido ensordecedor se adueñó de la oficina. El estruendo de las sillas y las mesas al arrastrarse, la música de Windows al apagarse los ordenadores, el eco de la gente recogiendo sus pertenencias de los cajones, el sonido de las maletas rodando por los pasillos hacia los ascensores, en fin, el movimiento de cientos de personas que huían de manera brusca e impetuosa en estampida hacia las VACACIONES.

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