jueves, 24 de septiembre de 2020

EN LOS GENES

 

Lo llevaba en la sangre. Descendía, por parte de padre, de una larga estirpe de indios nativos americanos. De la tribu apache de chiricahua para ser más exactos. Su antepasado más ilustre fue Goyathlay, mucho más conocido como Gerónimo, y a él le debía su nombre. Desde la infancia, los apaches, enseñaban a sus vástagos a encontrar las huellas de sus enemigos.

De un remoto lugar de la Mancha procedían los ancestros de su madre, que pertenecía a una gran saga de chismosos, entendiendo su transmisión de chismes, como una labor social. La familia se enorgullecía de que las historias que intercambiaban, acerca de unos y otros, servían, por ejemplo, para ayudar a algunos a encontrar pareja.

Y como quien a los suyos se parece honra merece, con el árbol genealógico debajo del brazo, en lugar de currículum, se presentó Gerónimo a la entrevista de trabajo para rastreadores de contactos.

jueves, 17 de septiembre de 2020

NEGACIONISTA

 

A Rubén le sobró el último mojito, la noche que salió con los compañeros de la oficina a celebrar que habían cerrado una cuenta que auguraba beneficios cuantiosos para la empresa.

A las cervezas previas, le siguió el vino en la cena. Y ya en la discoteca, allá por la tercera ronda, amenazó con marcharse, pero no lo hizo, y terminó bailando, demasiado agarrado de, Marian, la recepcionista con cara de ángel, que le sonreía cada mañana.

Despertó con los gritos de Anita, su mujer, que aún con la maleta en la mano, recién llegada de Toronto, le increpaba desde la puerta de la habitación. Y se sorprendió a sí mismo, desnudo, en su cama, junto a Marian. Esto no es lo que parece, dijo, negando la evidencia.

La infidelidad se la podría haber perdonado, contaba Anita a sus íntimos, pero ¡que sea negacionista!… ¡por ahí sí que no paso!

jueves, 10 de septiembre de 2020

¿Y SI TOCA AQUÍ?

 

Todos los que hemos podido, este verano, nos hemos lanzado al turismo nacional tratando de revitalizar con nuestro pequeño granito de arena uno de los sectores más maltrechos.

Y dentro de nuestra geografía hemos descubierto que de verdad “lo increíble está más cerca de lo que creemos”, que Santander “también se acuerda de nosotros”, que alguien “nos espera en Soria” que “nuestras vacaciones nunca habían estado tan cerca como en Castilla-La Mancha” o que “Cáceres está a dos pasos de nosotros”.

Y cada vez que parábamos a tomar un café en los lagos de Sanabria o  a comprar unos miguelitos en la Roda, o a comernos un cocido maragato en León una pregunta atravesaba nuestra mente ¿Y si toca aquí? sin estar pensando precisamente en la lotería. Y como concursantes nos respondíamos: ¡Hemos venido a jugar!

Sin embargo, te tocó a ti, papá, que no te habías movido de casa.

YA NO

 

Por Juan Carlos Miguel Carrascosa

 

Ya no me llamaste el jueves, como siempre hacías, durante mi viaje a Madrid, para preguntarme: ¿Por dónde vais?

Ya no pude regañarte porque solo cenabas empanada y tortilla de patata.

Ya no escuché tus largas disertaciones sobre tu pueblo y sus gentes ni la sempiterna pregunta: ¿Qué sabes de allá?

Ya no me despediste desde la terraza,  cuando me marché para Barcelona, ayer mismo.

Ya no tuve a quien telefonear cuando entré en mi casa, para decirle: acabo de Llegar.

Ya no te llamaré diariamente para repasar vuestra rutina.

Ya no volveré a escuchar tu voz diciendo: te paso a mi secretaria.

Ya no oiré tu respuesta a mamá: ¿Quién va a ser? ¡Tu hijo!

Ya no podré felicitarte por tu cumpleaños el día de mi santo que debiera haber sido el tuyo.

Ya no te subirás en mi coche, ni podré llevarte a Bretún. YA NO…, YA NO.