jueves, 22 de febrero de 2018

LA ZONA DE CONFORT


Acudió a la agencia de viajes imaginándose pasar el próximo puente tomando el sol en una playa, lo más paradisíaca que le permitiera el presupuesto, descansando y reponiéndose para afrontar lo que quedaba hasta el verano. Pero, tras el discurso del comercial compuesto por palabras como rutina, costumbre e inercia, salió de ella como integrante de una expedición en la que se bañaba con tiburones, saltaba en paracaídas y hacía barranquismo.
De vuelta al trabajo, agotado de sus excitantes vacaciones, su jefe le comunicó que le iban a poner al frente de un nuevo proyecto que iba a hacer que volviera a recuperar la ilusión por aprender. ¡Estupendo, incertidumbre, ansiedad y estrés por el mismo sueldo!
Tras una semana de sobresaltos Germán, el dueño de su taberna favorita, intentó convencerle de que ampliara su perspectiva y probara una cerveza negra. ¡Dejadme tranquilo no quiero salir de mi zona de confort!

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