Tan solo llevaban unos meses como pareja, por
lo que celebraban su primer día de los enamorados y Fran quería que fuese inolvidable.
Recogió a Montse en el trabajo y la condujo hasta un restaurante muy coqueto
donde había hecho una reserva.
La cena comenzó con una exquisita crema de
langosta y terminó con Montse en el hospital. El tono rojizo en sus mejillas y
las dificultades respiratorias, interpretadas por Fran como signo de la pasión
del momento, resultaron ser los síntomas de un sock anafiláctico.
Con un ramo de rosas recibió Fran a su amada
en la sala de espera de urgencias e inmediatamente a ella empezó a faltarle el aire.
El médico que la había atendido apareció de repente y arrancándole las flores
de las manos a Fran y arrojándolas a la basura le censuró: ¡qué haces insensato
no ves que tu novia es alérgica a San Valentín!
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