jueves, 5 de octubre de 2017

El paquete

El cartero llamó a la puerta, dos veces como buen profesional, una vez abierta anunció: “paquete para el señor Ortiz”. Álvaro recibió la noticia entre sorprendido e ilusionado. Era su cumpleaños.
Al firmar la entrega, advirtió que el remitente no aparecía. “Lo siento, pero se nos ha extraviado el albarán y no dispongo de esa información”, explicó el mensajero. Álvaro se volvió hacia su mujer con cara interrogativa pero su expresión la eliminó de la lista de sospechosos.

Averiguar quién le había mandado ese regalo se convirtió en una obsesión y uno a uno  sondeó a todos los que le felicitaron. Diez días después, todos los santos tienen novena, sin haber resuelto el enigma, abrió por fin el paquete esperando que su contenido le diera alguna pista. En el fondo de la caja yacía un balón, a cambio del cual él mismo había enviado, un puñado de pruebas de compra.

1 comentario:

  1. Gracias Loli, como bien sabes nunca tuve un balón de reglamento. Los niños de hoy en día no lo podrán entender, pero eran otros tiempos. Un beso y gracias por el balón

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