No podía seguir engañándose por
más tiempo, tenía que reconocerlo, era adicta. Comenzó como un simple juego,
era divertido. Continuó porque le hacía sentirse joven. Y acababa de
sorprenderse diciendo: ¡Lo dejo cuando quiera!
Sucumbió a la tentación con el reto
de dar diez toques con el pie al papel higiénico, y su vídeo en Instagram se
llenó de “me gustas”. Para aceptar un desafío de baile, el “Sauvage love”, se
abrió una cuenta en TikTok. “De paso me pondré en forma”, trató de
justificarse, pero en su estado de WhatsApp continuó una cadena consistente en
meter la cara en harina y cuando se vio a sí misma, con una percha en la cabeza
esperando a ver si su cuello giraba, supo que había tocado fondo.
Menos mal que el Nochebuena Challenge
es imposible de superar. ¡A ver quién cena en Soria el 24 de diciembre con las
ventanas abiertas!
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