jueves, 13 de agosto de 2020

TABÚ

 

Conoció el Mesón Tabú después de que su médico le sugiriera que alejara durante un tiempo de su vocabulario cualquier término que tuviera que ver con el alcohol o el colesterol.

Y así llegó a Tabú, taberna, que en una gran apuesta de marketing,  anunciaba en su carta, junto al listado de raciones, una serie de palabras cuya pronunciación estaba totalmente prohibida  al hacer su encargo. Así mismo desafiaba a sus clientes a hacer su pedido cumpliendo dichas limitaciones. El premio, si lo conseguían, era una ronda gratis.

Junto al producto elegido por Ginés figuraban los siguientes vocablos a evitar: cerdo, panceta, freír, corteza y Soria.

Dos vasos de zumo de cebada, fermentada y aromatizada con lúpulo y dos pieles de mamífero porcino crujientes, doradas en aceite de oliva. ¡Oído cocina! ¡Dos cañas y dos torreznos para el caballero del fondo!, gritó el camarero, ¡corren a cuenta de la casa!

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