jueves, 13 de septiembre de 2018

MI PUEBLO


Hace casi sesenta años que salí de mi pueblo, una pequeña aldea, de tantas que hay en España, persiguiendo, como muchos otros, algo que nuestros lugares de nacimiento no nos podían dar, trabajo.
Desde entonces cada verano con enorme ilusión regreso a él, a poblarlo de nuevo por unos días, buscando lo que tan generosamente me regala, tranquilidad, aire puro y recuerdos compartidos en animadas charlas con otros paisanos. Vuelvo para disfrutar de esa engañosa sensación de que el tiempo dura una eternidad. Retorno para aliviar la añoranza, enfermedad crónica que padezco.
Pero como los sentidos nos mienten y el reloj continúa avanzando inexorablemente, septiembre hace su aparición y toca regresar a la rutina. Es entonces, cuando me alejo de allí y me giro para despedirme en la última curva, justo antes de perderlo de vista, que creo ver un enorme cartel que anuncia: CERRADO POR FIN DE LAS VACACIONES.

No hay comentarios:

Publicar un comentario