jueves, 7 de junio de 2018

LA LUZ ROJA

Al ritmo de¯yo para ser feliz quiero un camión¯, iba conduciendo por la autopista cuando de repente se encendió un testigo rojo en el cuadro de mandos del vehículo.
Mi primer impulso fue el de frenar de golpe, afortunadamente logré contenerlo a tiempo ya que la carretera tenía cierta inclinación hacia abajo y un camión me seguía a poca distancia. Aunque trataba de serenarme, en mi cerebro se agolpaban un montón de recuerdos sobre la interpretación de los colores y en todos ellos, el rojo significaba ALARMA.
Tratando de descifrar qué símbolo era el que había aparecido en el salpicadero, casi me quedo bizca y por poco invado el carril colindante hasta en tres ocasiones.
La luz roja casi me provoca un accidente, pero lo que de verdad fue alarmante es lo que pagué en el primer taller que encontré en el camino donde solo me añadieron líquido de frenos

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