“Silogismo es un
razonamiento deductivo que consta
de dos premisas (mayor y menor), a partir de las cuales se llega a una
conclusión”, explicó el profesor de filosofía a sus alumnos, y alzando la voz
sobre el timbre que anunciaba el final de clase, prometió aprobar la asignatura
en junio a todo el que le trajera un ejemplo, al día siguiente.
Espoleado por la posible recompensa, Fernando reflexionó sobre la tarea
pedida, y anotó en su cuaderno los
siguientes enunciados:
Premisa mayor: Nadie reconoce ver los programas del corazón.
Premisa menor: Todo el mundo afirma lavarse los dientes después de cada
comida.
Conclusión: Los espectadores de los programas del corazón padecen de
caries en sus dientes.
Al día siguiente, convencido de su aprobado, Fernando leyó sus argumentos.
“¿Aunque lleven dentadura postiza?”, preguntó su profesor, “eso parece”, respondió
Fernando. “Pues, para su desgracia, eso no es un silogismo sino una falacia”.
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