Ayer, una gran cantidad de polvo en suspensión procedente del desierto del Sáhara originó un "extraordinario” episodio de calima provocando, empeoramiento de la calidad del aire y que los coches se cubrieran de una importante capa naranja debido a un fenómeno llamado deposición seca; pero, la calima, impidió que las temperaturas llegaran a ser tan inusualmente altas para esta época como se venía anunciando.
Mañana, por culpa de la entrada
de una masa de aire muy frío, experimentaremos un auténtico tobogán
térmico que provocará el desplome de las temperaturas en 24 horas.
Esto se debe a que la península ibérica está en una encrucijada climática,
expuesta tanto a la influencia siberiana, del ártico como a la sahariana.
Nota mental: No volver a lanzar
un “el tiempo está un poco loco últimamente” para llenar los 20 incómodos
segundos de silencio que se produzcan en el ascensor cuando coincida con un
vecino.
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