Andaba como un niño con zapatos nuevos desde que le comunicaron que, no solo, estaba nominada, sino que tenía serias posibilidades de llevarse el premio. Y como cuando el abad está contento lo está todo el convento, el ambiente familiar era festivo.
El tiempo vuela que se las pela, pensó,
y comenzó a escribir el discurso por si resultaba ganadora.
Tras
escuchar las palabras, “el premio Ondas al mejor programa de divulgación es
para… El que no oye consejo no llega a
viejo”, con el galardón ya entre
las manos, empezó su oratoria.
-Es de bien nacidos ser agradecidos, y yo
debo reconocer a mi hijo como
inspirador-, continuó, - un día yo le advertí: “cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar”,
y él me respondió: “no me hables en refranes que no te entiendo” entonces intuí
que ahí había un nicho de mercado-.
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