Mi hermano, nació bajo la influencia del signo zodiacal de Libra por lo que todo en su vida buscaba el equilibrio. Y tres años después llegué yo, con la luna en sagitario, para apoyarme en un platillo de su balanza y desequilibrar su mundo.
Su respeto hacia las normas, le
decía que debía esperar al fin de las Navidades para comerse el Rey Mago de
chocolate que colgaba como adorno en el árbol y mi anarquía me decía, que las
reglas hay que saltárselas y que tenía que zamparme mi Gaspar y su Melchor.
Si él ponía prudencia, yo atrevimiento,
contra su armonía, mi disonancia. Y así transcurrió nuestra infancia.
Mil años después, soy yo la que
vivo en mi cuadrícula y él sobrevive nadando entre los tiburones del caos pero
cuando algo amenaza con desplazarme de ella llamo a mi chache para que me aconseje cómo soportar el vértigo.
Me gusta mucho. Por cierto, yo también soy sagitario.
ResponderEliminarGracias loli.
Eliminar¿Y tu hermana no será libra?
EliminarMe ha encantado la metáfora con la que has descrito mi vida, pero todavía sueño con alcanzar el equilibrio.
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