Como cada mañana, desde hace veinticinco años, se dirigía a su puesto de trabajo en un gran hospital. Según iba avanzando en el recorrido, notaba como su estado de ánimo iba cambiando. Un codazo en el metro, un suspiro; el repaso mental de su agenda, una respiración profunda; de manera que cuando entraba por la puerta ya se había transformado en Mr Hyde. Al “¡Buenos días!” con el que le recibían contestaba con un “¡Serán para ti!”.
Pero esa mañana, le pusieron la
vacuna contra el Covid.
Al día siguiente, tras el pisotón
recibido en el metro, durante su camino al trabajo, se animó: ¡por fin!, y
después de rememorar las tareas pendientes pensó: ¡veo la luz al final del
túnel!
-¡Buenos días!-, saludó ella
aquella mañana.
-¿Qué le ha pasado a Mr Hide?-,
le respondieron.
-Que le han puesto la vacuna y
al parecer tiene efectos secundarios-
Si si que haga efecto y al ánimo.
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