De Rodríguez

Conducía de vuelta a la urbe después de dejar a la familia en el pueblo lejos del calor del verano.

Imaginó con gula los huevos fritos con chistorra que iba a cenar sin que Mapi le recordara la dieta. Se vio tumbado en el sofá con el mando de la tele en la mano aplazando con pereza la tediosa tarea de recoger los cacharros mientras contemplaba con lujuria a Sharon Stone en Instinto básico.

Una punzada de envidia sintió al ver al vecino entrando en el garaje mientras él buscaba aparcamiento. La ira le invadió cuando recordó que el viernes se fueron sin hacer la compra. Con avaricia llenó el carro de cervezas en el supermercado.

Cogió el teléfono con soberbia llamó a su mujer y le dijo: la semana que viene os venís conmigo solo he estado unas horas de Rodríguez y ya he cometido los siete pecados capitales.

LOS LADRONES VAN A LA OFICINA

¡Tened cuidado!, ¡Permaneced alerta! Son auténticos delincuentes que están siempre al acecho. Forajidos desalmados y sin escrúpulos que quieren quitaros lo más valioso que tenéis. ¡No os descuidéis!

Son una banda criminal bien organizada que opera, especialmente, en oficinas. Las denuncias se acumulan, pero las autoridades todavía no han logrado detener a sus integrantes.

Una de las cabecillas, quizá la más peligrosa, responde al nombre de Interrupción. Conocedora de que el tiempo es oro, te lo sustrae a través de llamadas telefónicas innecesarias, reuniones improvisadas y visitas inesperadas.

Mediante la persuasión actúa no saber decir que NO, consiguiendo que pierdas muchísimo tiempo aceptando peticiones y tareas que no te aportan nada.

La más agresiva,  dicen que es la mala comunicación, puede hacer que tengas que modificar un trabajo o incluso rehacerlo.

Todos ellos forman un grupo conocido como los ladrones del tiempo, si los ves merodeando por tu escritorio ¡Huye!

FUTURO PERFECTO

En plena recta final de curso, Jaime, que andaba especialmente preocupado con el examen de Lengua, le dijo a su padre que si podía ayudarle a repasar las conjugaciones verbales a lo que su progenitor no pudo negarse.

Su padre tomó el libro y lanzó su primera pregunta: ¿Podrías decirme el Futuro perfecto de indicativo del verbo aprobar? Y como si de una poesía se tratase Jaime se dispuso a recitar lo que a él le pareció que realmente era un futuro perfecto.

(Yo) Habré........aprobado no solo el examen de Lengua sino el curso completo.

(Tú) (Papá) Habrás......acertado la combinación ganadora del Euro millón.

(Él) (Mi hermano) Habrá..........conseguido que Mónica le diga, por fin, que sí.

(Nosotros) (La familia) Habremos…ido de vacaciones a Disneyland Paris.

(Vosotros) (Papá y Mamá) Habréis decidido comprarme la Play 4.

(Ellos) (La Selección Española de Fútbol) Habrán ganado el Mundial de Rusia del 2018.

LA LUZ ROJA

Al ritmo de¯yo para ser feliz quiero un camión¯, iba conduciendo por la autopista cuando de repente se encendió un testigo rojo en el cuadro de mandos del vehículo.

Mi primer impulso fue el de frenar de golpe, afortunadamente logré contenerlo a tiempo ya que la carretera tenía cierta inclinación hacia abajo y un camión me seguía a poca distancia. Aunque trataba de serenarme, en mi cerebro se agolpaban un montón de recuerdos sobre la interpretación de los colores y en todos ellos, el rojo significaba ALARMA.

Tratando de descifrar qué símbolo era el que había aparecido en el salpicadero, casi me quedo bizca y por poco invado el carril colindante hasta en tres ocasiones.

La luz roja casi me provoca un accidente, pero lo que de verdad fue alarmante es lo que pagué en el primer taller que encontré en el camino donde solo me añadieron líquido de frenos