jueves, 2 de marzo de 2023

LA LEY DEL EMBUDO

Cecilia tenía problemas para calcular el tiempo, confiaba demasiado en su rapidez haciendo las tareas de cada mañana, y nunca conseguía llegar a la oficina con menos de diez minutos de retraso.

Con el abrigo puesto y el discurso reivindicativo de que el horario está para cumplirlo, recibía a su jefe si se le ocurría algún día ir a encargarle una última tarea.

Sobre un compañero que había perdido 5 días de vacaciones por no disfrutarlas antes del 31 de marzo comentó: -que las hubiera cogido antes, tiempo ha tenido-. Olvidando que a ella el año anterior se las habían guardado hasta la primera semana de abril.

Le molestaba terriblemente encontrarse a sus hijos en el despacho del director porque sus profesores se hubiesen marchado ya, cuando llegaba tarde a recogerlos. -Ni cinco minutos han sido-.

Pero si alguien le insinuaba su posible subjetividad siempre alegaba: -no es lo mismo-.

 

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