jueves, 7 de abril de 2022

COMPETENCIA BÁSICA

¡Konnichiwa!, saludó a su interlocutor. Y al imaginario grito de ¡Banzai! tomó las riendas de la entrevista en lo que podría ser considerado por la mayoría como un acto kamikaze.

Ataviada con un kimono casual y un moño informal, al estilo geisha, comenzó alabando los bonsáis que había en del jardín de entrada y el ikebana de la sala de espera. Continuó explicando su pasión por el judo y el kárate y confesando que se relajaba tanto haciendo sudokus que llegaba a alcanzar un estado zen.

El sushi y el maki, con salsa de soja, eran exquisitos, dijo y añadió que, con un par de sakes de más, el mejor sitio para terminar era un karaoke.

Finalmente comprendió que se había hecho el harakiri profesional presumiendo de tener competencia básica en japonés delante de su jefe, cuando buscaban un representante para el cierre de un trato con una empresa nipona.